sábado, 29 de enero de 2011

El significado de la confianza

La costumbre de siempre: se levantaba todos los días y leía uno de quinientos libros que llenaban su biblioteca vieja de los años 30.

Discursos, canciones, poesías, novelas, cartas y libros de autoayuda. Necesitaba de cada uno de ellos para colmar una mente que día a día iba perdiendo la noción del tiempo.

Un testamento lleno de frases célebres y sin ningún destinatario. Pocos recuerdos y muchas aventuras pasajeras. Más que un testamento, eso era una carta de despedida.

Una mañana de verano con un sol resplandeciente se sentó a orillas del mar y leyó una nota en la que un niño le preguntaba a su maestro ¿Qué significaba la confianza?

“Querido profesor: Quisiera pedirle que en la próxima clase nos hable de la confianza. Dicen que es como un castillo de cartas, muy difícil de construir, y que ante la menor amenaza se derrumba”.

Con eso ya estaba contento, encontró una historia apasionante y entretenida para sentirse acompañado. Un niño interesado en la confianza y con una comparación poco común entre los más pequeños. Continuó con la lectura y se quedó recostado en la arena.

 
“Al día siguiente, el maestro le habló a sus alumnos del significado de la confianza. Les dijo que es imposible hablar de confianza sin mencionar la responsabilidad. Y les aclaró que la responsabilidad se demuestra con actos, no con declaraciones o juramentos”.
 
Recordó que en su testamento había escrito una frase relacionada al tema: “La confianza nunca es fruto de la teoría, porque nace de la experiencia y de la actuación”. Pensó en lo acertado que hubiera sido incluir ese pequeño fragmento en la historia.
 
Dio vuelta la página y continuó con la lectura. “Las personas que actúan responsablemente, sin culpar a otros por los efectos de sus acciones y sin delegar las consecuencias, construyen entre ellas un entramado de confianza”.
 
El sol quemaba su espalda y las olas llevaban el agua hasta sus pies, pero no se movió del lugar. Entendió que no siempre lo que alguien traiciona es la confianza real. Muchas veces la defraudada es la ilusión, y la comparó con el amor. Dedujo que la confianza y el amor van tan unidos que cuando la confianza se pierde, el amor se rompe y todo termina.
 
Son actos de responsabilidad y confianza los que se deben dar para que junto al cariño se complementen y formen lazos de amor.
 
No puede haber amor sin confianza y no puede haber confianza sin amor.

2 comentarios:

  1. "En el día al que le alcanzó el ayer
    con tu frase no me tropecé,
    mientras mañana va siendo hoy
    pensando despertaré
    cual será la palabra en la que caeré"

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