jueves, 18 de febrero de 2010

Animarse a más


"La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los momentos que nos dejan sin respiración", visto en el parque Stanley, en Vancouver, Columbia Británica.
¿Cuántas veces te dejaron sin respiración? Y ¿cuánto tiempo se vive encerrado en la necesidad?
Los deseos, el amor y el sufrimiento te modifican y es ahí cuando la pregunta a responder es si realmente hiciste lo esencial para ser feliz.
Vivimos con miedo al fracaso, a los cambios, a lo nuevo, miedo a todo lo que para el resto está mal y sin querer dejamos de lado lo que sentimos para terminar haciendo lo que al otro más le gusta.
Ojo, no todos son así. Están los que no se dejan influenciar, los que a diario se la juegan por lo que quieren, por lo que les hace bien.
Y si todavía no te quitaron la respiración tendrás que dejar de lado los prejuicios y hacer lo que sientas en ese momento, porque la vida no dura una eternidad ¡Ya quisiera!
Para vivir cada día mejor tenemos que aceptarnos, saber separar lo que nos gusta y lo que nos hace daño. Dejar atrás viejos hábitos es otra forma de volver a empezar. Porque sabemos cuando una relación se terminó, cuando una amistad no da para más o cuando el trabajo cumplió su ciclo, sólo hace falta tomar una decisión, jugársela.
Cuando ya no sentimos que los momentos nos quitan la respiración debemos cambiar, para saltar y soltar lo que nos impide seguir.
Algunos se la juegan y otros siguen insistiendo.Al principio, soltar y decidir romper con una relación es traumático, pero con el tiempo nos damos cuenta que fue lo mejor para los dos. "El tiempo lo cura todo", y si no lo cura por lo menos nos hace ver las cosas más claras.
Tenemos que empezar hoy, nada de "lo hago mañana" ¡No! Es hora de que cada uno se haga cargo de su propia felicidad. Ya no vale el hacerse el distraído y creer que más adelante las cosas van a tomar su curso y dirección. Si no ayudamos a que nuestra calidad de vida sea cada día mejor, después no le echemos la culpa de nuestra infelicidad al otro.
No podemos detener el tiempo, nuestro crecimiento. Somos lo que tenemos y queremos, sólo hay que arriesgar para ganar y pedir cuando sea necesario, porque si no se pide, es poco probable que se consiga. Parece muy sencillo, sin embargo, por alguna razón a las personas les cuesta pedir.
Si te cuesta pedir o cambiar ten presente que la ilusión es el mejor comienzo para emprender un camino.





No hay comentarios:

Publicar un comentario