martes, 29 de marzo de 2011

Ser de nadie

Ella sentía que no tenía cosas brillantes y lo poco que le quedaba le pertenecía a las personas que solían observarla con el ojo de los que critican por pura diversión.
Estaba lejos de cualquier imposición y demanda. Era la dulce locura de estar en el lejano oriente y no sentirse dueña de todo lo que la rodeaba.

Buscaba eso, alejarse antes de que su mundo desapareciera por completo. No quería estar en un lugar que se desmoronaba en cada paso herido. Huir le resultaba placentero y escapar era la forma más intrigante que tenía para alcanzar el perdón y el olvido de los que no la supieron comprender.

Acrecentaba la verdad con el paso del tiempo, aunque ya no se parecía a la que dejó sus tierras con miedo y rencor. Ahora era la muchacha liberal y extrovertida que corría riesgos conforme pasaban los segundos.

Decía que la vida sólo se trata de eso, de vivirla y dejar que las cosas sucedan. Dibujaba la sinceridad de las personas en simples sombras de colores, contradecía la falsedad, manipulaba el amor y jugaba con la libertad.

Era el personaje de la novela más olvidada de la historia. Sus días comenzaron a ser eternos inviernos de soledad y tristeza. Buscó contención para sobrevivir sin amor en un lugar en el que todo parecía ser perfecto.

No dejaba que un hombre se enamorara de ella, no les permitía volver por segunda vez. Y así fue como todas las noches se acostumbraba al calor de un hombre desconocido, dormía placenteramente en una habitación en la que descubría hasta el último espacio de sus almas.

Ellos, los que no podían creer que una mujer tan hermosa como ella viviera sin un compañero, le preguntaban- ¿Puede una persona vivir esperando que el hombre que ama regrese a su lado? - Si me conocieras descubrirías que ya no queda nada de mí, que me parezco tanto a él, a esa locura que nunca comprendí, pero que hoy extraño más y más- respondía.

No se animaba a mostrar sus sentimientos frente a los desconocidos y prefería que ellos se quedaran con la certeza de que la conocían tanto que hasta la podían manipular. Se había cansado de escuchar hablar del amor, del casamiento, de las parejas felices, de los hijos, de la familia modelo, de todos los requisitos que se deben cumplir para que el otro no piense que el que está solo es infeliz.

- Dicen que el enamoramiento dura poco tiempo, que después de eso viene el amor tranquilo. También dicen que existen dos etapas, una es la conquista con pasión y adrenalina y la segunda, la colonización en la que el amor se construye de dos, venciendo los obstáculos con proyectos en común. Pero de decir a hacer hay un puente enorme que se llama tiempo- opinaba cuando se lo pedían.

Los años pasaron lentos y dolorosos, ella se mostraba más fuerte que nunca, pero en sus ojos se podía ver el sufrimiento que por culpa de su orgullo había logrado acrecentar aún más.

- Me encierro para que no descubran mi alma herida. Soy frágil y liviana, como una hoja que en invierno vuela, se moja y padece del frío. No me pidan que les cuente más sobre mí, hablen ustedes que se nota que se mueren por contar sus victorias y desparramar las miserias de los otros- se había convertido en la mujer más difícil de entender y en la más sincera del lugar. Todos temían cuando abría la boca, sabía que no diría nada bueno para complacer al resto.

"Ahora las noches frías y oscuras se convierten en tediosas pruebas que tengo que vencer. Vivo con el corazón ciego y roto por el engaño... Hoy soy de nadie y muero en cada suspiro".

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