sábado, 20 de marzo de 2010

Incomprensible nostalgia

Llevo más de dos años parado en un lugar del cual no sé cómo, ni cuándo llegué. Me ausenté de todo lo que me rodeaba, quise estar solo y hacer lo necesario para mejorar mi vida. Los momentos me indicaban que la felicidad que tanto anhelaba jamás llegaría en esas condiciones.
No sabía a dónde podía ir. Me faltaba su olor, sus manías, la locura que compartíamos por la pasión y su seguridad. Ella es la dueña de mi pasado y mi presente. Se apoderaba de todo lo que la rodeaba y era justamente eso lo que la hacía única.
Nadie me consolaba como ella. Generalmente, cuando pienso en aquellos momentos felices que solíamos compartir, se me vienen a la cabeza un sin fin de preguntas: cómo fue que se terminó, por qué no me dí cuenta, a dónde quedó nuestro amor.
Habíamos planeado pasar juntos el resto de nuestras vidas, pero la monotonía se apoderó de la relación y empezamos a ceder, a renunciar, a poner excusas, a equivocarnos en cada decisión y jamás entramos en razón. Yo seguía estático porque la quería, pero ya no la amaba.
Su tema favorito decía: No quieras jugar al fantasma que nunca se va. Esa frase me despertaba todas las mañanas y de tanto escucharla, la tarareaba.
Hoy sé que esa canción, esa letra me quería decir algo. Ella no soportaba tanta indiferencia y le dimos un fin a la relación. Sabíamos que por más doloroso que fuera ya no podíamos seguir así.
Fue tanta la preocupación que mostré la última semana que yo mismo me dí cuenta que reaccioné tarde. Lo hice cuando noté que la estaba perdiendo. Pero ya la había perdido hace mucho tiempo. Si la volvía a buscar la respuesta ya la tenía: "No quieras jugar al fantasma que nunca se va".
Ahora que lo pienso y entro en razón, me doy cuenta que no aprendí a pedir perdón, que no dí lo que se necesitaba para vivir un amor.
Y sigo solo sin hacer el más mínimo esfuerzo para cambiar mi situación sentimental. Aprendí a vivir de lo que me dan y sobrevivo sin compañía alguna. Cuando encuentro a una hermosa mujer que se interesa en mí, aprovecho su cuerpo y me olvido de sus sentimientos y de los míos también.
Me dí cuenta de que durante mucho tiempo me había olvidado de mí y que por eso no podía hacerle bien a nadie.

2 comentarios:

  1. Este texto le vendría muy bien a alguien que yo conozco...
    Muy fuerte y lamentable a la vez lo que escribiste.
    Gracias day

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  2. A este escrito le puedo poner nombre y apellido. Describe casi a la perfección la situación, excepto por la canción.
    Bueno, si supieras todo creería que escribiste esto basandote en ese nombre y apellido.

    Besos y muy bueno

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